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Colombia impulsa su liderazgo en aceite de palma sostenible

El panorama internacional del aceite de palma está cambiando, y Colombia se consolida como protagonista. La reducción en la producción de Indonesia y Malasia —principales exportadores mundiales— abre una ventana de oportunidades para el país, que hoy se perfila como un proveedor confiable, sostenible y tecnológicamente avanzado.

Durante la 21ª Conferencia Internacional de Palma de Aceite, organizada por Fedepalma en Cartagena, líderes nacionales e internacionales analizaron las nuevas tendencias del mercado, el rol estratégico de Colombia y cómo la innovación tecnológica y la sostenibilidad ambiental se están convirtiendo en pilares del crecimiento del sector.

Nuevas oportunidades para el aceite de palma colombiano

Expertos coincidieron en que la disminución de la oferta asiática fortalecerá la posición de Colombia en mercados clave como Estados Unidos, Europa, Brasil y México, donde el interés por aceites con trazabilidad y prácticas sostenibles va en aumento.
Además, los análisis internacionales proyectan que los precios del aceite de palma se mantendrán estables o altos durante 2025 y 2026, debido a la oferta limitada en el mercado global.

Según Nicolás Pérez, presidente ejecutivo de Fedepalma, el país tiene todo para crecer dentro de la frontera agrícola actual, sin necesidad de expandirse a nuevas zonas:

“Colombia está preparada para seguir creciendo con responsabilidad ambiental, aumentando la productividad dentro de las áreas ya destinadas para uso agropecuario”.

Nicolás Pérez, presidente ejecutivo de Fedepalma

Crecimiento sostenible y responsable

Fedepalma ha recalcado que no se promueve la deforestación ni la ampliación de la frontera agrícola, sino el aprovechamiento de tierras ya designadas para el sector. Actualmente, Colombia cuenta con más de 610.000 hectáreas sembradas y se proyectan 10.000 adicionales para 2025, priorizando la renovación de cultivos para aumentar el rendimiento por hectárea.

Regiones como Casanare, Meta y Magdalena Medio son ejemplo del crecimiento ordenado y sostenible de la palmicultura nacional, apoyada por comunidades rurales y empresas que apuestan por la productividad sin afectar los ecosistemas.

Tecnología e innovación: el nuevo motor del sector

La transformación digital también impulsa el futuro del aceite de palma. Durante el evento, expertos de Indonesia y Malasia presentaron avances en inteligencia artificial, visión satelital y análisis de imágenes aéreas, herramientas que ya comienzan a implementarse en Colombia.
Estas tecnologías permiten detectar enfermedades tempranas, deficiencias nutricionales e hídricas, y optimizar el uso de recursos.

“Gracias a la tecnología, hoy podemos complementar la labor humana con herramientas que analizan el estado de las palmas desde el aire y facilitan una gestión más eficiente del cultivo”, explicó Pérez.

En las plantas extractoras, la automatización y el uso de IA también están mejorando la eficiencia y reduciendo el desperdicio, fortaleciendo toda la cadena productiva del aceite de palma.

Tecnología e innovación: el nuevo motor del sector

Además del consumo tradicional, Colombia explora nuevos destinos y usos industriales.
El aceite de palma nacional se está evaluando para alimentar sectores como el avícola y porcícola, tanto en Colombia como en Estados Unidos, y para su uso en biocombustibles avanzados (Una tendencia creciente en aviación y transporte marítimo que promueve energías más limpias y sostenibles).

Con su compromiso en sostenibilidad, innovación y productividad responsable, Colombia avanza firme como potencia mundial en la agroindustria de la palma. Su posición geográfica, la calidad del producto y la adopción de tecnologías de última generación hacen del país un referente en el mercado global.

“La meta ahora es mantener el rumbo: aprovechar las oportunidades comerciales, renovar cultivos y seguir adaptando la tecnología que está revolucionando nuestra agroindustria”, concluyó el presidente de Fedepalma.

Nuestros aceites

ofrecemos aceites vegetales 100 % puros de maíz, soya, canola, girasol y oleína de palma, así como mezclas formuladas técnicamente para satisfacer necesidades específicas de proceso y rendimiento. Disponibles en formatos industriales y comerciales: a granel, garrafas plásticas de 14 y 20 litros, canecas de 55 galones y frascos de 500, 1.000, 3.000 y 5.000 c.c.

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