El aceite vegetal es un ingrediente esencial en nuestras cocinas, utilizado a diario para preparar infinidad de alimentos. Además de ser una fuente importante de energía y nutrientes (especialmente los aceites insaturados como el de girasol, maíz o soya), su uso requiere cuidado cuando ya ha cumplido su función. Lamentablemente, en muchos hogares, una vez usado, el aceite termina vertido por el lavaplatos sin pensar en las graves consecuencias que eso implica. Pero, ¿te has detenido a pensar realmente ¿Qué pasa con el aceite que desechado?
Un solo litro de aceite desechado de forma incorrecta puede llegar a contaminar hasta 1.000 litros de agua. Al verterlo por el desagüe, contribuye a la contaminación de fuentes hídricas como ríos, mares y aguas subterráneas, además de causar obstrucciones en los sistemas de alcantarillado y afectar el flujo de agua en las ciudades.
En Colombia, aún estamos lejos de tener una cultura sólida de reciclaje para este tipo de residuo. Por eso, es clave que conozcamos cómo darle un manejo adecuado. A continuación, te compartimos algunas recomendaciones para su uso, reutilización y disposición final:
Evita recalentar en exceso el aceite: Cuando el aceite comienza a humear, se satura y pierde sus propiedades, lo cual puede afectar la salud.
Seca bien los alimentos antes de freírlos: La humedad acelera el deterioro del aceite.
Filtra el aceite después de usarlo: Esto elimina partículas quemadas que alteran su sabor, olor y composición química.
En el hogar, lo ideal es no reutilizar el aceite vegetal más de tres veces. En el caso de restaurantes o establecimientos comerciales, se recomienda cambiarlo al menos una vez por semana. La vida útil del aceite también depende de los alimentos que se frían y del cuidado que se le dé.
Déjalo enfriar completamente.
Filtra los restos sólidos.
Guárdalo en un recipiente plástico limpio, como una botella PET con tapa.
Llévalo a un punto de recolección autorizado.
En ciudades como Bogotá, ya existen contenedores especiales en centros comerciales para el acopio de aceite usado, así como otros residuos de difícil reciclaje como pilas y bombillas. Si produces grandes cantidades, puedes contactar empresas especializadas que recolectan este tipo de residuos de manera programada.
Una vez recolectado en los puntos de acopio o mediante servicios especializados, el aceite de cocina usado pasa por un proceso de tratamiento y transformación que permite convertirlo en nuevas materias primas útiles para la industria. Entre los principales destinos del aceite reciclado se destacan:
El uso más extendido y ecológico del aceite reciclado es la fabricación de biodiésel, un combustible renovable que se obtiene a partir de aceites vegetales usados y grasas animales mediante un proceso químico llamado transesterificación. En este proceso, el aceite usado se mezcla con un alcohol (generalmente metanol) y un catalizador, lo que produce biodiésel y glicerina como subproducto.
El biodiésel es compatible con los motores diésel convencionales y se puede utilizar puro o mezclado con diésel fósil. Su gran ventaja es que reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) (hasta en un 90%) en comparación con los combustibles derivados del petróleo. Esto lo convierte en una alternativa clave en la lucha contra el cambio climático y en el cumplimiento de metas ambientales globales.
Otra aplicación común del aceite usado es en la elaboración de jabones. Gracias a sus propiedades oleosas, el aceite puede transformarse en jabón mediante el proceso de saponificación, que implica mezclar el aceite con una base fuerte como la soda cáustica. Este método es utilizado tanto a nivel artesanal como industrial.
Los jabones elaborados con aceite reciclado son útiles para limpieza doméstica, lavado de ropa o incluso limpieza industrial, y representan una forma de aprovechar residuos en productos de uso cotidiano.
En menor medida, el aceite reciclado también puede ser un ingrediente base para productos como ceras industriales, barnices, pinturas y lubricantes biodegradables. Su uso depende del grado de purificación y del tipo de industria, pero demuestra que este residuo puede tener un segundo ciclo de vida en múltiples formas.
Actualmente se están desarrollando nuevas investigaciones que buscan revalorizar el aceite usado como materia prima para producir bioplásticos, enzimas, biomateriales y hasta componentes de fármacos. Estos avances todavía se encuentran en fase experimental, pero abren la puerta a un aprovechamiento más diverso del residuo.
Elemento fundamental de la cocina mediterránea, el AOVE puede emplearse crudo en ensaladas, en guisos o para frituras. Aun a altas temperaturas conserva mejor sus propiedades que otros aceites vegetales, de ahí que los nutricionistas lo prioricen para freír.
En resumen, Lo qué pasa con el aceite que desechado, es que se transformarse en recursos valiosos que aportan a la economía circular, disminuyen la dependencia de recursos fósiles y evitan una grave contaminación del agua y el suelo. Reciclarlo no es solo un acto responsable, sino una contribución real a la sostenibilidad del planeta.
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